Piel contra piedra
[Publicado en inglés en The Mind’s Construction el 16 de Noviembre de 2003.
Traducido por Juan Martin Pinilla y Laura González]
La comparecencia de Julio Medem en el Festival de Cine de Londres con motivo de la presentación de ‘La Pelota Vasca. La Piel contra la Piedra’ fue cuanto menos emotiva. Una semana antes, el Ministerio de Cultura español anunciaba su intención de censurar la película en los cines nacionales y Medem fue nombrado persona non grata en la embajada en Londres. En lugar de los piquetes que se esperaba encontrar a la puerta del National Film Theatre, un grupo de gente aguardaba con avidez el momento de juzgar por sí mismos.
Para los que conocemos la evolución cinematográfica de Medem, el documental es toda una sorpresa. Lo vasco es un tema que el autor ha ido excluyendo poco a poco. En su debut (la primera película de la tetralogía de las estaciones) –’Vacas’–, el tema vasco era explícito, mostrando a gente y deportes peculiares del País Vasco; “La Ardill’ Roja’ se filmó parcialmente en San Sebastián; ‘Tierra’ hace referencia a la mitología matriarcal vasca a través del personaje de Mari; mientras que en ‘Los Amantes del Círculo Polar’ y ‘Lucía y el Sexo’ la mirada de Medem se hace finalmente global. Sin embargo, en ‘La Pelota Vasca. La piel contra la piedra’ vuelve a sus origenes creativos y humanos.
Antes de la proyección, el director, nervioso, nos avisa: ‘debemos ver esta película como si fuésemos un pájaro, un pájaro libre que se posa sobre cabezas parlantes’. El documental es el intento por parte de Medem de explicar el conflicto vasco. El único problema es que las dos partes centrales –el gobierno español y ETA– decidieron no participar, dejando al argumento huérfano desde el principio. ‘La Pelota Vasca. La Piel contra la Piedra’ esta construida con los colores del espectro de la cómoda equidistancia. Nacionalistas y filósofos, miembros de asociaciones pacifistas, abogados, víctimas, músicos, socialistas y sociólogos tienen algo que decir en pequeñas, dinámicas, controvertidas aportaciones.
Es el escritor Bernardo Atxaga el que abre y cierra la película desde una larga carretera cuyo final o destino es difícil de discernir. ‘Si este conflicto se resuelve, –dice Atxaga–, todos los vascos vamos a caminar a unos 20 centímetros del suelo por el enorme peso que se nos va a quitar de encima’. Las viudas e hijos de tres victimas de ETA, llenos de dolor, cuentan los momentos que nunca olvidarán y explican como viven con sus pérdidas. Desde el portal de un caserío vasco, el sociólogo Javier Elzo contribuye al documental. A su lado, hay otro hombre, corpulento, desconocido, de espaldas a nosotros. Es solo después de verle varias veces que nos damos cuenta de quién es: ETA ha amenazado a Elzo tantas veces que tiene que vivir encadenado a su guardaespaldas. Xavier Arzallus, presidente del PNV (nacionalistas vascos que condenan la violencia) se presenta a sí mismo como el ogro del que todo el mundo se ríe. Eduardo Madina, de 27 años, secretario general de las juventudes socialistas vascas que perdió una pierna en un atentado con bomba en 2001, cuenta, sin resentimiento, cuán afortunado se siente, aunque jamás volverá a practicar deporte.
Medem explica lo vasco mediante su cultura, en particular mediante las películas que tratan el terrorismo desde la ficción. Sin embargo, estas cintas, como ‘Yoyes’ de Taberna, ‘Tasio’ de Armendáriz o ‘Días Contados’ de Uribe no recibieron la campaña de coacciones que Medem sufre. Se le acusa de no lograr transmitir nada, de no ser objetivo y de remover cosas que estan mejor quietas. En mi opinión, todas estas críticas son desacertadas. Con gran valentía, Medem nos muestra una bipolaridad inhumana: terroristas con mujer e hijos, políticos acusados de crímenes de estado, gente con miedo de otra gente, solidaridad, parlamentarios sosteniendo puntos de vista difíciles. En la hora y media que dura la película, lo vemos todo: desde la creación de ETA en los 70 hasta el plan del Gobierno Vasco para organizar un referéndum (Octubre 2003). El problema es mayor y más complejo de lo que nos temíamos y le debemos a Medem el mostrárnoslo. Lo que conmueve especialment y donde la película de Medem tiene más éxito es en mostrarnos la belleza del País Vasco, el suyo. Después de la última intervención de Atxaga, el pájaro, nosotros, emprende vuelo por encima de la carretera sin final. De la misma manera, la cámara se eleva sobre cada uno de los participantes, mientras la música de Mikel Laboa, cantando en Euskera, acompaña esta coda lírica. La política es olvidada mientras nos maravillamos de las costas (como Orio), montañas (como Urkiola), playas (como Ciboure), ciudades (como Vitoria), edificios (como el Guggenheim de Bilbao), valles (como el del Roncal), bosques (como el de Oma).
Este documental es el trabajo de un intelectual vasco que vive en Madrid. Tras mudarse a la capital en 1996, Medem escribió dos historias. Una sobre amor, otra sobre odio. La del amor se materializó en ‘Los Amantes del Círculo Polar’. La del odio, ‘Aitz, Viaje al Fondo del Mar’ fue demasiado para él. Pero una parte de esa historia sobrevivió y de ahí nacieron ‘La Pelota Vasca. La Piel contra la Piedra’ y ‘Aitor. La Piel contra la Piedra’ (que se filmará en 2004), dos películas que comparten el mismo estremecedor apellido. Si aún no conocen el trabajo de este director de primera clase, ahora es el momento de hacerlo.